Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, denunció el Foro Parlamentario Mundial Antifascista, que el imperio ha impuesto 37.433 sanciones coercitivas unilaterales a países de todo el mundo, de las que 91% se han aplicado sobre los países que poseen las mayores reservas energéticas del planeta, a saber: Rusia, Siria, Irak y Venezuela.
En este sentido, Rodríguez subrayó que las sanciones criminales del imperio no son más que una herramienta dentro de su plan macabro de controlar las fuentes de energía más importantes del mundo para emplearlas en sus guerras.
“Detrás de estos bloqueos y agresiones económicas criminales contra los pueblos, hay una política muy decidida y muy clara de apoderarse de los recursos energéticos de los productores de energía del planeta para la guerra”, dijo, “no es que necesitan la energía como lo concibe el nuevo mundo (…) no es la energía para el desarrollo de los pueblos, para la constitución de un futuro que permita dar felicidad a los abuelos, es la energía para la destrucción, para la violencia”.
De igual modo, la también ministra de Petróleo explicó que, con este propósito, también las grandes maquinarias de comunicación han sufrido un cambio tecnológico “a través de la imposición de algoritmos en redes sociales que privilegian la muerte, el odio, la violencia y la guerra”.
Rodríguez destacó que Venezuela no ha sucumbido ni sucumbirá ante el imperio a pesar de las sanciones homicidas de los poderes hegemónicos.
“La resistencia del pueblo venezolano da lecciones históricas al mundo, aquí levantamos las banderas soberanía y la autodeterminación de los pueblos”, aseveró.
También expresó que el pueblo palestino es otro de los grandes ejemplos de resistencia, misma que “merece un aplauso de pie, y nuestro reconocimiento por su heroicidad demostrada cada segundo frente una de las políticas más terribles, la Organización de las Naciones Unidas, tiene una deuda con la causa palestina y lo que se ve es una organización que se marchita. Cada bomba que cae sobre Gaza, es una bomba que cae al Sistema Naciones Unidas”.
Destacó que la resistencia palestina envía un profundo mensaje: “no se rindan que nosotros no nos rendimos, no se rindan que hay una esperanza, no se rindan que en nuestros rostros está pintado lo que debería ser un futuro para la humanidad libre de exterminio, de genocidio, de opresiones, donde se reivindiquen los derechos a los pueblos a su territorio, a su historia grandiosa, en la defensa de la soberanía, de la autodeterminación y de la independencia”.